EL QUE Y EL QUÉ
Imagen tomada de internet
Fuentes:
Hernández Alonso, César (1984). Gramática funcional del español. Madrid: Gredos.
Asociación de Academias de la Lengua Española (2010). Nueva gramática de la lengua española. Manual. Madrid: Espasa
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El que como elemento lingüístico cumple dos
funciones, ya que según la oración en que se encuentre puede ser una conjunción
o puede funcionar como un pronombre:
Cuando funcione como pronombre siempre se le pone tilde: qué.
Cuando funcione como conjunción nunca se le pone tilde: que.
1. Función de pronombre: se
entiende como pronombre el elemento lingüístico que está en lugar de otro
elemento lingüístico.
Cuando
el qué funciona como pronombre debe
tildarse. Por ejemplo: ¡Qué está
haciendo!, en donde el qué está
reemplazando la acción que veo, por tanto, es pronombre. En otra situación si
digo: ¡Qué susto!, el qué reemplaza a su vez lo que me asustó,
por tanto, es pronombre. Así mismo, en un diálogo como el siguiente:
— ¿Qué
busca?
—Un libro.
El qué funciona
como un pronombre interrogativo, porque reemplaza lo que no conocemos, que en
este caso, es un libro y por tanto también va tildado como los dos ejemplos
anteriores.
2. Función de conjunción: según la
Real Academia Española la conjunción son
una clase de palabras invariables, generalmente átonas, cuyos elementos
manifiestan relaciones de coordinación o
subordinación entre palabras, grupos sintácticos u oraciones.
2.1. La conjunción que funciona como coordinación copulativa al unir dos unidades lingüísticas,
pero generalmente esto solo ocurre en frases coloquiales y reiterativas, por
ejemplo: dale que dale, zumba que zumba,
verde que te quiero verde. (Hernández Alonso, 286).
2.2.Así mismo, el término que funciona como conjunción que hace
parte de la estructura de oraciones subordinadas como por ejemplo:
Yo quiero que vengas.
Creo que con esto será suficiente.
Conviene que leas el libro.
2.3. El término de la conjunción que puede ser oracional (Asociación de Academias
de la lengua española, 822). Por ejemplo al decir: ¡que viva la revolución!, en este caso la conjunción implica un sujeto tácito, que según el
contexto lo podríamos identificar como plural o singular, en este caso lo usaremos como la primera persona del singular y
lo tácito viene siendo “yo quiero” y lo subordinado que viva la revolución, por tanto, cuando decimos ¡que viva! lo que estamos diciendo es una
oración completa, ya que el sujeto está tácito y el complemento de objeto
directo también puede ser omitido.
Fuentes:
Hernández Alonso, César (1984). Gramática funcional del español. Madrid: Gredos.
Asociación de Academias de la Lengua Española (2010). Nueva gramática de la lengua española. Manual. Madrid: Espasa
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